Toda muerte es prematura
Toda muerte acontece al amanecer,
cuando se imponen los cristales del olvido,
cuando los grillos callan su afanso rumor.
Cuando la vida decide seguir durmiendo.
Toda muerte es prematura, indeseable,
la muerte primera.
Una mosca delinea las palabras del insomne
que espera no morir al amanecer, cuando el sueño lo alcance.
El viento calla.
La muerte y su dislocamiento se despliegan aquí,
mientras intento despertar de una madrugada inagotable.
Si es, toda muerte es prematura,
menos la de sí mismo.