--Mezcal -dijo el Cónsul.
El cuarto principal de El Farolito estaba desierto. Desde un espejo que colgado tras el bar, también relfejaba la puerta abierta a la plaza, su propio rostro, mudo, lo miró fijamente con ojos llenos de austero y familiar presagio.
De Bajo el volcán, ML.
El cuarto principal de El Farolito estaba desierto. Desde un espejo que colgado tras el bar, también relfejaba la puerta abierta a la plaza, su propio rostro, mudo, lo miró fijamente con ojos llenos de austero y familiar presagio.
De Bajo el volcán, ML.