2 jul 2007

Sin título (2007)

Oaxaca,
verano seco, lluvia estrujada;
días de junio, de julio,
sucediéndo entre el tedio.

Desde que me conozco escribo
sin saber por qué escribo,
escribo sin saber nada
o casi nada de lo circundante,
escribo sin saber hacia dónde caigo.

Tal vez por eso no escribes
(o creas)
me dijo una mañana
una amiga florecida;
por eso no recuerdo
-o advierto tarde-
los hilos que nos mueven.

Quizá por eso no sueño,
no forjo -descreo-, no aguardo

tal vez por ello el insomnio y los tlacuaches tras mi ventana,
el destierro y la sangre.

Vuelvo a Oaxaca y no he dicho nada sobre ella.
Pasan los días y la desmemoria se impone, la inanidad como agravio;
las palabras se disgregan,
plantando la interrupción, el fragmento como camino ineludible.

Oaxaca y mi desvelo, ahí,
abrasando.