2 oct 2007

Estado de sitio, Mahmud Darwish

(Fragmentos)

Aquí, en la falda de las colinas, ante el ocaso
y las fauces del tiempo,
junto a huertos de sombras arrancadas,
hacemos lo que hacen los prisioneros,
lo que hacen los desempleados:
alimentamos la esperanza.

Un país preparado para el alba.
Nuestra obsesión por la victoria
nos ha entontecido:
no hay noche en nuestra noche que con la artillería refulge;
el enemigo vela,
el enemigo nos alumbra
en el sótano oscuro.

Aquí, tras los versos de Job, a nadie esperamos.

Aquí no hay yo,
Aquí Adán recuerda su arcilla....

Este sitio durará hasta que enseñemos al enemigo
algún poema de la yahiliya.

El cielo es gris plomizo a media mañana,
anaranajdo por las noches. Los corazones
permanecen neutrales, como las rosas en el seto.

Bajo sitio la vida se torna tiempo:
memoria del principio,
olvido del final.

La vida.
La vida plena,
la vida a medias,
acoge una estrella cercana
atemporal
y una nube emigrada
aespacial.
Y la vida aquí
se pregunta:
¿cómo resucitar a la vida?

Él dice al borde de la muerte:
no me queda un rincón que perder,
libre soy a un palmo de mi libertad,
el mañana al alcance de mi mano...
Pronto, me adentraré en mi vida,
naceré libre, sin padres,
y tomaré por nombre letras del lapislázuli...

Aquí, en los altos del humo, en la escalera de casa,
no hay tiempo para el tiempo,
hacemos lo que hace quien se eleva hacia Dios:
olvidamos el dolor.

El dolor:
que la señora de la casa no tienda la colada
por la mañana, que se conforme con lavar esta bandera.

[...]

Los soldados calculan la distancia entre el ser
y la nada
con la mirilla del tanque.

Calculamos la distancia entre el propio cuerpo
y las bombas... con un sexto sentido.

Vosotros, los apostados en el umbral, pasad,
tomaos con nosotros un café árabe
–acaso os sintáis seres humanos como nosotros.
Vosotros, los apostados en el umbral de las casas,
largaos de nuestras mañanas,
necesitamos creernos
seres humanos como vosotros.

Hallamos tiempo para pasar el rato:
jugamos a las damas, hojeamos noticias nuestras
en periódicos del ayer herido,
y leemos en el horóscopo: este año
dos mil dos la cámara sonreirá
a los nacidos bajo el signo de Sitio.

Siempre que el ayer me visita, le digo:
nuestra cita no es hoy, vete
y vuelve mañana.

[...]

Toda muerte,
aún esperada, es la muerte primera.
¿cómo he de ver
una luna
dormida en cada piedra?


De Estado de sitio (Madrid: Cátedra, 2002). Trad. Luz Gómez.