4 sep 2006

Oaxaca continúa resistiendo, tenazmente, con imaginación, con conmoción.

En Oaxaca la gente sigue marchando bajo la lluvia pertinaz. En Oaxaca, vaya delirio, se baila o se bebe con la misma disposición que se duerme en el pavimento. En Oaxaca unos luchan, otros se desvelan, otros miran sus televisores, los más ven pasar el tiempo.

En Oaxaca las contradicciones se multiplican como chapulines entre hierba húmeda, los abrazos acontecen como atardeceres. En Oaxaca, a pesar de todo, la luz no deja de acompañar los avatares de la realidad.

Oaxaca se piensa a sí misma pensando que se piensa a sí misma que se piensa pensándose a sí misma que...

¡agur!