3 jun 2009

Cuando encuentro no busco...

Yo me lo busqué. Ahora no tuvo la culpa Kim Ki-Duk. No fueron el vacío ni lo nunca dicho. Fue mi zafiedad, mi incongruencia, mi estupidez. Ahora no fue lo que dije o no, sino lo que hice, lo consumado.

Bien dicen que uno las paga todas. Injusto que unos parecen no pagarlas. ¿De verdad los grandes tiranos y genocidas de la historia pagaron por sus ruindades? ¿aquí o en otra vida? ¿en el infierno cristiano de muchos de ellos? Porque la mayoría de los tiranos, al menos del siglo XX, son hijos de la sacrosanta tradición juedocristiana.

Pues los criminales impulsores del libre mercado tal vez la paguen o no, pero el ciudadano de pie, por lo regular sí que las padece. Aunque ahora mismo que lo digo me inquiero. Hablé del tirano homicida de grandes masas, pero si en cada ser humano reside un ruin potencial. Como yo.

Moriré como todos. Como tú y tu mirada incierta mientras lees estas líneas que no existen. He caído con constancia. He engañado también. Todos los encuentros del mañana deben ser trazados por la honestidad y la las sonrisas mutuas. Y si hay luz que guie, si no que alumbre.