20 mar 2009

Levísimo acercamiento a El miedo devora las almas
o la acritud de Rainer Werner Fassbinder




Una mujer y un hombre se conocen en un bar. Bailan sin mediar muchas palabra, se van del lugar. Se enamoran. Pareciera una historia de amor convencional, pero comienza el sinuoso caminar de una viuda sexagenaria y un inmigrante marroquí casi cuarentón. Un drama punzante sobre el amor interracial e intergeneracional, los prejuicios sociales aún tan arraigados y la sinuosidad de los sentimientos; en síntesis, sobre la imposibilidad de la felicidad.


Poderoso trabajo visual de Fassbinder que desmenuza las relaciones humanas jalonadas por la in/comprensión, la soledad absoluta y el deseo acuciante de ser queridos. Obra contundente del prolífico cineasta alemán, es uno de los amores filmados que calan hondo, derrochando verdad y hastío.


Rechazado por la Escuela de Cine de Berlín, Fassbinder (1945-1982) realizó en promedio tres películas anuales durante sus 16 años de carrera. No hay filme suyo que no impresione de algún modo. Recuerdo Las amargas lágrimas de Petra von Kant (1972), severa reflexión sobre la relación madre/hija, maestro/alumno, amantes, entre dos personajes femeninos en un ambiente claustrofóbico, entre lo Yasujiro Ozu y lo Douglas Sirk.


Muy rica la filmografía fassbinderiana: sus películas van del melodrama histórico (Effie Brest, El matrimonio de María Braun, Lili Marleen, Martha) hasta el filme experimental (El amor es más frío que la muerte, La tercera generación), pasando por la crítica feroz de la sociedad burguesa actual (Fox y sus amigos, Por qué corre el señor Amok) o miradas lacónicas y durísimas sobre el amor en tiempos de oprobio (Yo sólo quiero que me quieran, Un año con trece lunas, Querelle).


Mención aparte merece su monumental Berlín Alexanderplatz (1979/980), producción para la televisión alemana basada en la novela de Alfred Döblin, un film en trece partes y un epílogo. Hanna Schygulla, Margit Carstensen, Brigitte Mira serían algunas de sus actrices predilectas.


Como lo muestra El miedo devora las almas (Angst essen Seele auf, 1974), cada pieza fassbinderiana es un manifiesto estético y político que escruta la condición humana de éste y todos los tiempos. Su muerte repentina por una combinación tóxica de drogas legales e ilegales, en junio de 1982, marcó simbólicamente el fin del New German Cinema –que incluía a Kluge, Wenders y Herzog, entre otros–, una de las eclosiones creativas más impresionantes del cine alemán desde la década de los 20 del siglo pasado.