La peste
Cuando la peste se propagó por mi ciudad
salí
con el pecho descubierto
gritando al viento lo implacable de la tristeza.
Sopla oh viento
y tráenos las nubes
haz que la lluvia caiga
para que purifique el aire de mi ciudad
para que lave las casas, las montañas y los árboles.
Sopla oh viento
y conduce las nubes a nosotros
y que la lluvia caiga
que la lluvia caiga.
Fadwa Touqan. (Trad. Carmen Suárez)
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