8 jun 2006

Más sobre Oaxaca y el estado de cosas actual, reenvíen!

Estimada/os:

El mensaje anterior levantó ámpulas y comentarios diversos. Significa, con fortuna, que ha sido leído. Por las características del mismo no abundé ni en contexto ni en causas y efectos. Escrito en las cumbres peladas de la madrugada, peca de exultante y catártico. Por ello, se torna necesario enriquecer el texto y hacer las aclaraciones pertinentes y algunas reiteraciones a lo dicho.

I. Quizá me excedí en mis suspicacias, pero insisto, con el fascismo de aldea que sufre Oaxaca, con el antecedente del terrorismo estatal en San Salvador Atenco, y a tres semanas y media de las elecciones más desalentadoras y cruciales que se recuerden, cualquier previsión fatídica parecía(e) posible. El tiempo y la miopía e intransigencia gubernamental o no, lo dirán.

II. Sin duda, el movimiento magisterial oaxaqueño padece un largo proceso de anquilosamiento. Desde hace década y media, los profesores y sus sindicatos han venido rutinariamente, como ya lo dije, promoviendo una huelga anual (cada mayo), con poca imaginación, sin la reinvención útil del movimiento y de los modos de manifestación. Toman las calles de la ciudad de Oaxaca para exigir lo habitual: aumento salarial, mejoras al sistema de prestaciones, pensiones, rezonificación. Pero no olvidemos lo que han significado las luchas magisteriales en la vida democrática del país. Sin el movimiento magisterial de 1986 –y otras tantas luchas laborales – como antecedente, la cruzada democrática emprendida dos años más tarde por Cuauhtémoc Cárdenas no hubiera tenido los alcances y las dimensiones obtenidas: haber ganado la presidencia –luego arrebatada –, y comenzar el desmoronamiento verdadero del monolítico sistema de partido único. Esas son aportaciones pocas veces reconocidas y, a estas alturas, de plano olvidadas.

Lamentablemente los vicios y mafias sindicales, aunados a maestros cada vez más acríticos, acomodaticios e ignorantes y a la corrupción creciente de sus líderes, han convertido en pálido fuego aquellas épicas caminatas a la ciudad de México durante semanas y semanas, donde se luchaba por espacios urgentes de democracia y justicia laboral. Ahora, por lo general, las respuestas a sus demandas sólo los beneficiarían como grupo, la mejora de la educación en pos de los estudiantes en el país, en Oaxaca, son peticiones tangenciales o ausentes. ¿Por qué no un movimiento nacional, no sólo de maestros, sino de todos nosotros, para obligar a que el gobierno federal emplee 8% del PIB (sugerido por la UNESCO) para la educación, cuando México apenas destina, en términos reales, poco más de 5%? Digo, si tanto nos interesa la educación de nuestros pequeños, digo, si tanto nos molestan tan desagradables espectáculos en el centro de la ciudad, por lo demás saqueada, destruida.

III. La polarización aparece cuando es alentada por el gobierno. Cuando la clase media y alta ven afectados sus intereses personales o de clase. Ya no contamos con aquella burguesía revolucionaria del siglo XVIII y XIX en Francia o los hijos dilectos de esas clases convertidos en luchadores sociales durante el XX. Ahora sólo, como también los maestros, estas clases piensan en el beneficio personal y exclusivista y están en contra de cualquier cosa que les afecte o trastoque su cotidianidad, que les haga perder dinero o tiempo. Se ha extraviado, en todos los niveles de la sociedad, la creencia sana de anteponer el bien común al privado, al personal. La comunidad, 0, el egoísmo unipersonal –capitalismo–, 4 (a tono con el futbolerismo de estos días aciagos). Esta es la realidad contundente y voraz.

Y el último elemento por mencionar. Los salarios de hambre de muchos de ellos (que no sus líderes): cuándo la UABJO paga 30 pesos por hora a sus profesores, no podemos pensar que el sistema educativo en general –estatal y nacional, de educación básica, media y superior – goce de buena salud. Y eso, señoras, señores, no es culpa de los maestros, sino de los gobiernos y de nosotros que lo hemos permitido y no hacemos nada para cambiarlo.

De las varias respuestas recibidas elegí estas dos por su elocuencia y claridad de pensamiento (lo amarillo es mío):

José Luis Quintana dijo:

"Por favor no me escriba, no me interesa su campaña anti oaxaqueña NO A LOS MAESTROS EN EL CENTRO, soy ciudadano de esta ciudad y el mal manejo de esa gente esta destruyuendo la buena vida de Oaxaca, su comercio, y sobre todo destruye la formación de nuestros niños (ahh claro), NO PUEDE SER QUE SEA ESA GNETE LA QUE LES ENSEÑA y todo parece que los maestros estan con el Lopez Obrador , por lo tanto NO APOYO ESTO (ejercicio de lógica envidiable), si entra la fuerza pública será porque esa gente se lo mereció . ((vaya, vaya))"

o deleiténse con esta joya de expresión verbal de Elder Juárez Sánchez:

"Cuando envìes algo, envia algo que cultive, no mamadas que no sirve y causas mayor encono tanto a los "maistros" como al gobierno. Ten criterio propio, no seas borrego ( si es lo que yo digo)."

Aumento mis preguntas:


¿Por qué el gobierno estatal deja hacer a los maestros lo que quieran durante dos semanas, con su tácita aceptación, y luego amaga con enviar a la PFP y retirar su ofrecimiento pírrico si no vuelven a clases?

¿Por qué el gobierno estatal no resuelve de fondo las exigencias magisteriales?

¿Por qué repetir el mismo show cada año?

¿Por qué dizque negocia y por otro lado emprende una campaña en radio y televisión de descalificación, manipulación y polarización?

¿Por qué ciertos sectores exigen a los maestros que se vayan del centro de la ciudad porque afectan su vida y su vista, y no exigen y presionan del mismo modo al gobierno, la otra parte en conflicto???

¿Consideran que acampar durante más de dos semanas, bajo el sol, las lluvias torrenciales, durmiendo sobre cartones sobre el concreto o pavimento y continuar en huelga, lo hace cualquiera 'sin convicciones firmes, manipulados o desconociendo las razones'? Intentémoslo, a ver cuánto aguantamos. ¿Por qué los maestros siguen aceptando esos gastados métodos de lucha sin chistar?

¿Por qué tanta indignación frente a la basura, los retretes, la mala imagen (¡oh pecado!), el tránsito cada vez más pesado, producido por estos trabajadores en huelga?

¿Por qué no la misma indignación frente a la destrucción de la ciudad, las calles horadadas, el Fortín dinamitado, los árboles tirados, las obras a medio hacer del gobierno estatal y municipal, que generan igualmente basura, escombros, tránsito intransitable, caos, mala imagen e incomodidades a los habitantes??

¿Por qué el gobernador dice no tener un peso más para la educación, y sí para esas obras inútiles, ornamentales, desoladoras, fondo inconfensable para la campaña presidencial de su mentor, aquél del bigotito igualmente turbio??

¿Por qué siempre sólo quedarse en la superficialidad de los juicios viscerales y egoistas y no revisar las causas, para entender los efectos???

¿Por qué tantas preguntas si vivimos en un "estado de derecho(a)"?

Por último, ¿por qué un gobernante utiliza como helipuerto un parque público??? ¿Por qué usar ese medio de transporte casi exclusivamente? ¿Ya no le gustan sus camionetas nuevas con cargo al erario? ¿O ya no le gusta ver la ciudad que su gobierno sistemáticamente saquea, afea, destruye? ¿Muchos problemas para llegar a sus oficinas en el averno le causan las obras por doquier, los innumerables baches de las calles y avenidas, el tránsito complicado por la pésima planeación urbana y la explosión en el número de coches en el último lustro? ¿O porque ya no le gusta toparse con la gente en la calle, como sí durante su campaña? ¿O sencillamente, todo lo que ocurre a su alrededor le importa poco menos que un cacahuate?

Y además, subrayo las interrogantes:

¿Dónde están los árboles de mi infancia, en el Zócalo, el Llano, el Fortín, San Felipe del Agua?

¿A dónde va a parar la vieja cantera de la otrora Verde Antequera?

¿Quiénes se están beneficiando pasmosamente con los contratos de construcción por aquí y por allá?

¿Dónde están las puertas del siglo XVII de la Catedral? ¿En casa de quién? ¿Cuánto para que la iglesia no dijera más que pío, pío?

¿Por qué a diario, decenas de camiones bajan de la Sierra Sur con toneladas de madera de los bosques cada vez más ausentes sin ningún control?

¿Por qué tanto dinero corre en Oaxaca, por qué ese crecimiento desmedido, por qué tanto coche nuevo en San Felipe del Agua cuando no hay industria ni la economía crece como dicen, cuando la derrama económica del estado al PIB nacional es mínimo? A parte del mal gusto de adquirir Hummer o camionetas de mil cilindros y asientos para una parejita flamante en una ciudad construida para carretas, se denota un severo naco-narquismo sevvero, campeando a sus anchas en Oaxaca. Pobre Oaxaca de cara a la destrucción y el enriquecimiento ilícito .

Por último, señoras, señores, no nos distraigamos con minucias, vayamos, si nos creemos ciudadanos informados, concientes, responsables, a los problemas verdaderos, a los de peso real y significativo. Indignémonos también por lo verdaderamente importante.