26 ene 2010

Tres poemas de Alda Merini (1931-2009)

A Roberto Dossi
Regresa al viento de la poesía
que no tiene esperanza
pero vive día a día
calcando los huesos de viejos
y antiguos profetas.
Regresan a las montañas ardientes
de la soledad
que te quemarán el cuerpo
y la voz.
Regresa a los tormentos cotidianos
pero sabe que la soledad
es la única mujer que no te abandona.

* * *


Salgamos de esta vida sin palabras
donde la hierba no crece más
y amores seculares han muerto en el viento.
Salgamos de esta paz injusta
donde ninguno se distiende ni
sacude una sed inerte.
No se sabe a dónde van nuestros confines.
No se sabe cuánto durarán nuestros miembros.
Númenes seculares son los poetas
injustamente castigados,
resultan borradas
resultan borradas por el polvo.

Pasaron por aquí muchos nombres
y muchas manos se apretaron a los hierros,
alguno quiso salir del silencio
y fue rápidamente quemado vivo
y los amores fueron todos conmutados en fango
para que no se construyeran palacios
que no fueran sus empresas.
Cada amor es un suelo privado de sangre
pero nosotros que cantamos días inútiles
no tenemos más ganas de vivir
porque somos olvidados.

* * *

Silencio

En un lugar perdido
que es mi memoria
acampa un Dios desconocido.
Espera un canto áureo
y no busca ningún cielo.
Así te busco yo a ti
que eres mi recuerdo.


De Clínica del abandono, Buenos Aires: Bajo la luna, 2008.