11 feb 2006

Breve crónica de Granada

Para unirnos nos tenemos que conocer
Nadia Ruiz N.
 
El tiempo corre de pronto imparable e implacable. Una semana apenas -sin penas-  por este país generoso y delicioso y lo siento ya tan hondamente  cercano como una vida larga, prolífica y gozosa de un amigo ineludible.  Granada es muy distinta de León, la señorial ciudad de cuya impronta no me desprenderé muy pronto. León es la ciudad colonial, cultural, histórica de mayor envergadura. No conozco otros lugares del mundo donde los restod de sus poetas estén en la Catedral de su lugar de origen por sobre obispos, ricachones o caciques (que también están).
 
 Las actividades del festival (recitales, comidas, conversaciones, ágapes noctámbulos) han ocupado la mayor parte de mi tiempo. Aún así he logrado caminar Granada de Nicaragua, donde el viento -por fin- corre y corre. He conocido el Lago Cocibolca, he estado frente a su agitada orilla con oleaje incesante. Días atrás me escapé a Masaya, donde observé un atardecer apacible e interminable como sólo ocurren en Mesoamérica. Ya mañana partiré para la Isla de Ometepe y después a Soletiname y el Río San Juan, que tanto han cantado los innumerables poetas de este peuqeño pero enorme país americano. Desde ahí ya no podré seguirles compartiendo mis días nicas. 
 
Desde esta ciudad donde he hallado mi inexorable destino frente a mí, los saludo. Desde aquí donde he charlado con gente de experiencias y presencias distintas y vastas los abrazo. Desde esta noche cálida mi presencia efervecente. Desde donde he charlado con Coral Bracho, visto beber ron a Ernesto Cardenal y escuchado grande, mediana y nimia poesía  muy suyo
 
jpablornz



To help you stay safe and secure online, we've developed the all new Yahoo! Security Centre.