27 jun 2010

Responso por Louise Bourgeois 
Mayo y junio se nutrieron de muertes de muchos creadores que  desde su especificidad expresaron el mundo de otro modo. Entres ellas, el 31 de mayo pasado murió Louise Bourgeois, la notable escultora y artista visual franco-estadounidense. ¿Qué decir de ella, de su obra monumental que no suene vacuo? Aún laten en mí las tres estructuras de acero de casi 10 m de altura que colocó en la sala de turbinas del recién inaugurado Tate Modern, en verano del 2000. Cada torre tenía una plataforma en la parte superior en donde había una silla rodeada de espejos. Uno podía subir, sentarse y quedar absorto en la contemplación y reflejo de uno y su soledad.Se llamaban I Do, I Undo, I Redo la instalación, arquitectura, estructura.

Muy cerca de ahí, en la entrada del museo Maman, una de sus ahora célebres arañas gigantescas, nos aguardaba envolvente. "Mis obras son una reconstrucción del pasado. En ellas el pasado se ha vuelto tangible; pero al mismo tiempo están creadas con el fin de olvidar el pasado, para derrotarlo, para revivirlo en la memoria y posibilitar su olvido". Toda su producción gira en torno a las emociones por los recuerdos de infancia, la sexualidad, el amor, la alienación, la soledad, la muerte. Realidad y metáfora de aquello que no se puede decir, diciéndolo. De otro modo lo mismo.

Hasta luego carísima LB.

7 jun 2010

Hilos, Chantal Maillard

(Fragmentos)

Podríamos jugar a hacer metáforas,
al fin y al cabo es por analogía
que aprendemos el mundo y sus causas.
Podríamos disponer en versos las palabras,
como antiguamente, para
poderlas recordar, recordar lo importante.
Pero ha pasado el tiempo,
ya nada es importante, sólo el aire,
tres sílabas apenas, en la página.

*

Me pedís palabras que consuelan,
palabras que os confirmen
vuestras ansias profundas
y os libren
de angustias permanentes.
Pero yo ya no tengo
palabras de este género.
Aceptad mi silencio: lo mejor
de mí. Huid del soplo que pronuncia,
en mi boca,
la amarga condición de lo humano.
Y, entretanto, dejadme contemplar
el vuelo de la ropa
tendida en las ventanas.

*

Sólo el aire es perfecto.
La blusa está manchada, el gato
insatisfecho,
el gozne que sostiene la ventana se ha quebrado
y soñé que al borde de mi lecho,
tres sombras confundidas
tiraban de mí.
¡Qué rígidos los hilos, y qué lento
mi grito en el ahogo!

Sólo el aire es perfecto.
No hay causa para el pájaro.


De Hilos, Barcelona: Tusquets, 2007.