29 mar 2007

Caída y silencio,
silencio de la palabra,
entre redoble de campanas,
y luna creciente.

(el amor como animal imprevisible y feraz)

A la espera, y en el camino, como siempre:
que la danza nos reconstruya
y nombre sin fatiga.

(la caída sin silencio ni quietud)

¡agur!

19 mar 2007

Encuentros literatosos en Oaxaca, la ville mexicaine rebelle

Del 17 al 25 de marzo un encuentro de escritores tendrá lugar en esta ciudad. Como en Granada de Nicaragua, el turismo y una frecuente ebriedad etílica son el motor mayor de estos encuentros. La literatura acontece pero afuera de los recitales y las formalidades de los festivales. Se estrechan o nacen amistades, las noches se extienden hasta la madrugada y las caminatas son más gozosas entre camaradas. Al menos esa ha sido mi suerte y mi disposición, estoy claro que no en pocos casos ocurre lo contrario y se termina denostando al encuentro de marras. Desorganización y varias cancelaciones han marcado los primeros tres días de esta semana de literatosos donde el plato central será el homenaje a Francisco Toledo y a Sergio Pitol con la entrega del doctorado honoris causa de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO), la universidad pública con el menor presupuesto del país, la universidad en abandono más lamentable de México.

(Bien valdría ahondar en la interminable lista de carencias, tumores y limitaciones de una universidad que no ofrece las carreras de historia, letras, antropología, filosofía, sociología, etnología, arqueología ni nada parecido. La universidad pública de Oaxaca, el corazón de Mesoamérica, centro de la mayor diversidad cultural y biológica de México, como la peor del país, donde pagan 30 pesos la hora, sí señores, ¡30 pesos!, a los catedráticos de grado. Ni hablar por el momento.)

Encuentros, festivales, coloquios vendrán y se irán, pero mientras la educación y la difusión y formación de expresiones culturales no sea una prioridad de Estado, los escritores y artistas seguirán siendo unos solipsistas, endogámicos y caníbales por excelencia (en otro momento podría dilucidar cada uno de dichos calificativos), sin lectores, espectadores, ni retroalimentación posibles: hablar y hablar, solitarios, en medio de un páramo cada vez más calcinante y ágrafo.


Sólo recomiendo si están y pueden viajar a Oaxaca las siguientes mesas:

Lunes 19, 19:30 hr (Calle Alcalá, entre Morelos e Independencia):
María Baranda, David Huerta y la extraordinaria Coral Bracho leyendo una selección de su obra.

Martes 20, 19:30 hr (mismo sitio):
Alberto Chimal y Álvaro Enrigue charlarán sobre “los retos del cuento”.

Jueves 22, 18:00 hr (mismo sitio):
Antonio Ortuño, Tryno Maldonado, Nicolás Cabral y Jesús Ramírez-Bermúdez en una mesa de nuevos narradores.

Viernes 23, 18:00 hr (mismo sitio):
Presentación de la revista Pauta, la única revista mexicana de teoría y crítica musical, animada en sus inicios por Mata, Lavista, Helguera y que tiene ahora a J. A. Brennan y Luigi Amara como principales hacedores.

19:00 hr:
Sergio Glez. Rodríguez, Armando Glez. Torres, Heriberto Yépez, el implacable, y Jorge Pech Casanova conversarán sobre lo que saben hacer (unos mejor que otros): ensayar y ensayar.


Sábado 24, 18:00 hr: Rafael Pérez Gay, Mario Glez. Suárez, Fabricio Mejía Madrid y Nicolás Cabral sobre el pretencioso “de la verdad a la ficción”.

19:00 hr: “Narrativa policial a la mexicana”, participando Élmer Mendoza, Juan José Rodríguez y Francisco Hinojosa, mesa moderada por Martín Solares.



Luz y salud, nos vemos por aquí, por allí, en algún sitio de la antigua ciudad de las barricadas, la actual ciudad en resistencia, la futura ciudad de los abismos y posibilidades más climáticos de este país en el linde del vértigo.

18 mar 2007

Fragmentos espigados de una poética por explorar, ampliamente recomendable. Aquí pueden consultar más poemas y referencias de Gema Santamaría, una autora in crescendo:


Los días avanzan con lentitud
y las jacarandas continúan estallando, lilas,
en mi camino,

***
tengo una noche tan azul
que me desploma,
una certeza de haber llegado tarde
que me desgaja,

el amor es un animal extraño
y el deseo es siempre
una visita inesperada

***
quiero extraer la pulpa de la palabra
hacerla agua en mi paladar
y manjar en mi corazón-entraña

***
el cielo libera, liviano,
un atardecer enrojecido
pronto morirá la luz en la arena
y la luna será una novia enlutecida


11 mar 2007

El viaje emprendido a Nicaragua dejó caminatas y tardes larguísimas, charlas amanecidas, asombro. También amistades que se inician y otras que se confirman. Fuimos recibidos muy generosamente en todo momento, así en Granada como en Managua como en Matagalpa. Las tardes y noches las ocupamos entre el panal, las toñas y el sudor refulgente de la ciudad a las orillas del Xolotlán. Poco a poco irán apareciendo algunos de ellos con una muestra de sus escritos. En Nicaragua, como en pocos sitios, la poesía emerge cual lava en cascada, agua omnipresente de enunciación y constancia.

Ezequiel D´León Masís (Masaya, 1983) y Ana Gabriela Padilla (El Salvador, 1984) nos alojaron en su casa masayina. Ambos mantienen el inteligente blog Esfera infinita. La conversación nocturna discurrió de Mejía Sánchez, Roque Dalton a la Oaxaca incendiaria y las desgracias políticas de Nicaragua y la pareja que ahora la des-gobierna. Ezequiel es sin duda uno de las voces más notables y vigorosas del panorama literario nicaragüense. Su precocidad sorprende por la limpieza y contundencia de la mayoría de sus textos, en donde puede hallarse la impronta de Salvador Elizondo, Mejía Sánchez, Paz o Apollinaire. Ha probado con soltura la prosa, la poesía, la crítica sagaz . Pero más dice la literatura por sí misma que cualquier juicio alelado, van unos textos de Ezequiel:


Glifos de Tazumal (libreta de viaje)

Ruinas: emanación agrietada a fuerza de civilización, letrago plural de la roca o montículo elemental que es un esquema de superviviencia. Fue poco lo avistado y, de lo poco, casi nada penetración de espectador ni ojo diligente. Se nos precipita el inventario de los años: aquel teatro fatal, que lo hubo: el don no encarnizado de la ofrenda a Xipe Totec. Desde acá, divisamos los glifos en la arquitectura escalonada; allí esculpidos. Vimos la ceremonia pipil del sacerdote, elevándose con su paso oblicuo hacia el coto de los desollados. Latitudes estas en que no fue acto ni usufructo el fastidio sobre las carnes del enemigo. Nadie nos saca de darnos cuenta que, en esto, hay voluntad primitiva de sobreentender alguna cosa, la intención sepulta de una cifra latente como larva. Tras la impenetrabilidad de estos signos, eso basta: nomás las pistas datadas en el pedrusco y su suerte de escritura inacabable.


Mujer con lira

Sobre el fondo core del instante,
soportadas en sí mismas, solas,
están allí: doncella y lira nuestras.

Voluntad exacta la tuya,
ésta de decidir
- óleo en mano -
haya ojo donde no lo hubo antes.

(De La escritura vigilante, 2005)


La irritación del pescado

La savia espinosa expira,
se anula en su torpe
representación realista.

Sólo resta
masticar la lepra,
el color,
la línea,
y ver al pescado consumir
las sobras del caldo ontológico
que filtra,
aún,
tras el lienzo culpable.

Su tendón insondable,
astero,
irreparablemente inmóvil
es corrupción de arte.

Falsa permanencia en pigmento.
Nervio terco
de animnal humedo,
lejano,
sin cadáver ronco
trasto animado,
perfil disonante:
arrebato y aniquilación
del preincipio anímico.
¡Estúpida perversión verista!

(De Novísimos. Poetas nicaragüenses del tercer milenio, 2006)

9 mar 2007

Por fin, algo propio, a ver si salva la prueba de la lectura ajena, siempre atenta, siempre sagaz...



En Nicaragua


La lumbre de una vela
delinea la tinta titubeante de mi voz.
La levedad de la escritura,
cual colibrí,
no sabe si posarse sobre este cuaderno cómplice,
si cavar surcos de memoria
o esperar una mano fértil.

Mi pensamiento -con lentitud-
penetra el aire tibio
que me envuelve.
Busco la mano, la hoja y la mirada recién acaecidas
en aquel lugar sin nombrar.
No encuentro.
Recibo,
tras aquella luz vacilante,
la certeza de una labor
que tal vez devenga oficio,
lluvia inasible,
sonrisa evanescente.

(febrero 2006)

8 mar 2007

En el sombrío limbo-sima de los cismas me he plantado. Mejor dicho: he caído. ¿Por qué no es tan difícil, casi sin remedio, no causar dolor a quien amamos? Un atardecer en explosión desnuda mi estulticia y mi andar a tientas. Movimiento hacia el exilio, hacia las extranjerías ignotas del corazón anegado. Crece, se extiende, ramifica. A este punto he llegado, asumiré sus grietas y chillidos. El amor como animal inescrutable, de movimientos insoslayables, volátil. "Una noche tan azul que me desploma" me dijeron algún día y supe del dolor en ráfagas. De silencios se elabora la espera y su luna decreciente. Mi búsqueda se extiende a los demás círculos de la memoria fragmentaria.

(Antier murió Baudrillard. Una voz menos, el sinsentido cada vez más posible. La negación, la banalidad, el vacío)

Sin más por el momento, cedo el espacio para que alguien con vigor enuncie. Les transcribo otro poema de Iván Uriarte, poeta generoso de Nicaragua, que nos encontró y con quien demoramos una gozosa charla de domingo.


Canción de amor sin nombre

¿Qué queda ahora de mi nombre en tu nombre?
¿En qué lugar hemos dejado la enmadejadas
secuencias de tantos encuentros?

Noches y días, madrugadas y atardeceres
¿pensándote, acaso, para nada?
¿Y todos los tercos sueños construidos
apenas para saber de tu proximidad lejana?

Perdimos la senda
aunque siempre nos juntaban
nuestros alientos apenas retenidos.

Hoy se cumplió el principio del final
en las esferas del amor que nos acercan y nos alejan
del futuro que ya no tendremos.

(De Los bordes profundos, 1999)